La historia de “Embotelladoras Bolivianas Unidas” (Embol Coca-Cola) inicia en 1886 cuando el farmacéutico John S. Pemberton inventó la bebida en la ciudad de Atlanta (Ee.uu). Su recorrido la llevó hacia tierras bolivianas en 1941 de la mano del empresario Alejandro Vázquez, quien desde La Paz destapa la primera botella de esta gaseosa.
Para 1995 Vázquez, a través de su sociedad “Vascal S.A.”, vende la franquicia a “Embotelladoras Bolivianas Unidas”, logrando el despliegue definitivo de la empresa tanto en lo administrativo como en lo comercial, para así poder distribuir las diferentes marcas de la Coca-Cola en varias ciudades del país.
Todo ese recorrido histórico, sumado al crecimiento económico que ha experimentado la empresa, la ha llevado por quinta vez a merecer encontrarse entre las empresas con mayor ranking por el manejo del “Mejor Gobierno Corporativo y Responsabilidad Social Empresarial”, reconocimiento que cada año otorga el llamado “Monitor Empresarial de Reputación Corporativa” (Merco).
Pese a los embates de la pandemia por Covid-19, la empresa de bebidas gaseosas encaminó sus esfuerzos hacia la reactivación de los puestos laborales que, de forma directa e indirecta, tiene a su cargo, esto mediante las normas de bio-seguridad para el bienestar de la comunidad.
En la actualidad, la empresa posee dos (2) socios que administran su producción y distribución: “Embol S.A.” y “Nudelpa”, esta última asociada a finales de 1982. Hoy en día, la empresa llega a todas las ciudades del país con 2.700 colaboradores y trabaja con 128.000 clientes, ubicándose, según el ranking de Bolivian Business, entre las 25 marcas más poderosas de Bolivia.
